Primera Página ~ Yellow Wool

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!Amo el Amarillo & la Lana!

¡La hermandad con la Naturaleza y la unión con Dios representan el camino para una vida sana, realmente feliz!

Queridos,

George Salcieanu (“PERICOPA”) me llamo, nací en 1981 – Buzau/Rumania y desde el principio de mi vida Dios me regalo un estimulo de alegría, el placer de la vista, y una emoción: me gusta – amo – quiero el color AMARILLO, una pasión que llena de relajación mi mente y me tranquiliza sin ningún coste, un don que no es de nuestro mundo material, que llegó a través de la luz, yo así lo noto – como el desbordamiento del paraíso lleno de colores cálidos.

Es fácil contar  desde cuando me gusta con pasión el AMARILLO: desde los primeros recuerdos de mi infancia, a estos los veo siempre junto al AMARILLO, primero, tenía el pelo rubio – dorado casi Amarillo, en la infancia comunista mis juguetes favoritos eran: el gatito Amarillo de plástico que tenía entre sus garritas una pelotita que giraba, los globos rusos Amarillos, el camión Roman grande con el volquete rojo y la cabina amarilla, el pequeño rodaje del motor del tractor transparente, el elefantito de agua, el coche de carreras en miniaturas y el tractor de plástico – que yo elegía siempre en color Amarillo, igual que la ropa, pues en aquel periodo me acuerdo que la mejor era la de pana amarilla, y en el mar llevaba solo bañadores Amarillos.

Todo culmina con la exaltación a los cinco años de un coche en miniatura, con pedales, traído por mis padres desde Rusia –creo que se trataba de un Moskvitch, de color Amarillo, con faros sobre la batería aquella cuadrada, volante, asientos y claxon, y en frente una pequeña ventanilla –la mayor alegría de mi infancia fue cuando lo recibí: ÉXTASIS.

Cuando crecí un poco y pude elegir/rechazar, no llevaba ningún tipo de ropa si no era amarilla. Mis padres observaron esto y cualquier prenda que me compraban tenía que ser o al menos contener el color Amarillo, incluso los conjuntos de invierno, de tela impermeable, que parece que ahora puedo verlo frente a mi.

En la guardería evidentemente el lapicero Amarillo era mi preferido de los que había en el estuche clásico de cartón, al igual que las acuarelas o las témperas, ocupando los otros colores los lugares 2 o 3 a gran distancia en mis preferencias, quizás solo para el contorno.

El chicle que compraba a las gitanas en sus bolsas de pipas era, por supuesto, el de la etiqueta amarilla, entre el resto de multitud de colores, al igual que me fascinaban los gitanos que trabajaban el oro en los mercados, sobre todo cuando usaban su huso con aquellos martillos y cinceles con los anillos de oro Amarillo.  

Felicidad he tenido también como pionero, cuando recibí el cordón Amarillo sobre el hombro, color que me ascendía un grado, como jefe de departamento del segundo curso. Cuanto mas me gustaba el Dacia 1300 pintado de Amarillo, con el pomo de la palanca de cambios transparente con un castillo… Todo lo que se viste de este color era de mi interés y me gustaba inmediatamente, como también la Santa Iglesia con su Amarillo dorado, mirado con mi cabeza hacia el cielo por mi cuando iba en Mamaia a la misa.

Desde siempre, mi vida ha estado ligada cuanto he podido al Amarillo, sin alterarlo con excesos, exageraciones o incluso patologías, siendo un placer fácil de asimilar, que no me consume para nada, no tiene restricción alguna o ningún ayuno de pasar, me equilibra mejor que nada la psiche, y una energía cálida me atraviesa la mente y el espíritu como una terapia benéfica del optimismo.

Las paredes de mi casa son amarillas, la ropa de todos las clases de Amarillo que llevo muy a gusto como si todos los días fueran fiesta. Los bolígrafos para escribir también son Amarillos, las carpetas de documentos, cualquier cosa que es amarilla es prioritaria para mi a la hora de elegir entro otras de colores diferentes.

Mis flores preferidas son las amarillas: el diente de león, la Fresia, los tulipanes, los narcisos, las rosas, la caléndula; me fundo con los mares de color Amarillo de los campos de girasoles, colza o trigo a punto de ser cosechado, (así me imagino el lugar de nuestro primer hogar, el Edén), en los que entro cada vez que paso cerca.

También las frutas pintadas por dios en este color, Amarillo, son las que mas me gustan: el mango, el mas sabroso, los albaricoques y el mirobolán, el melón delicioso, el membrillo amargo con pelusa amarilla como de un pollo, las peras mullidas y los plátanos alargados, o el tamarisco con semillas amarillas.

Los pececillos dorados, los periquitos, canarios, papagayos Amarillos, pollitos de gallina, pato o ganso, como todos los seres maravillosos y bellamente vestidos por Dios cuando les envió a la tierra.

He deseado siempre explicarme y demostrarme esta atracción y fascinación cromática. Soy consciente de que los gustos son personales y dependen de cada uno, pero no me puedo abstener de no invitarles a que sean más conscientes de este maravilloso color, EL AMARILLO; se trata del color de la luz del sol, del oro, de la intuición, siendo un símbolo de la Ilustración, de la sabiduría y de la inteligencia. El Amarillo nos puede hacer más optimistas, y tiene una importancia especial en la cromoterapia porque aclara los pensamientos, aumenta la energía y crea un estado de armonía.

Es decir, con este color en mi corazón nací y desde entonces siempre lo he amado con esa misma intensidad; cualquier matiz de Amarillo me gusta, pero el clásico,  poderoso, abierto y limpio, me provoca la máxima alegría; cualquier cosa que lleva este color me gusta, siendo el oro el primero en cuanto a valor material, provocando siempre  gran interés y fascinación en mi –no he olvidado nunca la punta de mi pluma bañada en oro comprada para mi primer curso.

A partir del amarillo creo que surgió otro gran amor de mi vida, la LANA DE OVEJA, a la que considero como el amarillo encarnado en su variedad suave, un regalo perpetuo de dios a través de la Miorita popular de nuestra historia, una fructificación total de la simbiosis entre el pastor y sus ovejas, un uso natural desde los mas antiguos tiempos, que nos viste y nos ofrece calor al cuerpo, pero también al espíritu, un elemento reencontrado también en la representación figurativa de nuestro señor Jesucristo, pastor de rebaños.

La lana me traslada inmediatamente a la infancia, a casa de mis abuelos –Ion Stoica y Maria-, quienes en  invierno, hasta que se calentaba la estufa de leña, se envolvían con abrigos de lana de oveja en el interior, verdadero manto angelical; aquellos años sin ninguna preocupación pasados en el pueblo, Salcioara, me acercaron a la naturaleza y me mostraron que significa vivir protegido por Dios.

La lana me hace temblar de emoción y nostalgia solo con pensar en las medias de punto de mi abuela, en el chaleco con botones o el jersey de punto hecho con hilo gordo teñido en amarillo con flores de caléndula; estuve en la cola en el telar con la gente en otro pueblo y todos se querían y esperaban que la lana, mucha y fina, se pusiera en el carro. Tuve también un chaleco de piel de oveja con lana en el interior. Lo amaba y lo llevaba con mucho cariño.

Es decir, la  LANA es un recuerdo del « hogar », una cosa nuestra, de los rumanos, una calma del cuerpo y de nuestra mente a través del contacto sedoso de esta !Qué imagen arcaica puede ser mas cálida y llena de optimismo que « la rocada de lana », en medio de la habitación en invierno con la llama de la estufa, con la leña en el fuego, con los ovillos de hilo con los que jugaban los gatos, con el huso girando el hilo cogido de una madeja, con la tarde temprana que se mezcla con el dia, aquel tic tac del reloj que tapa completamente el sonido del viento, o los villancicos cantados en pleno frio protegidos por la lana.

La lana para mi es algo Santo, cuyo olor considero un perfume de Dios, un material de gran valor regalado por Dios a nosotros los hombres, una riqueza bíblica bendecida por Esta para que se multiplique para los que lo merecen.

La lana nos recuerda nuestra permanencia y travesia en este mundo, nos ayuda a usar lo que la naturaleza nos ofrece a través de Dios, y creo que fue la primera vestimenta del hombre –de Adan- hecha según Su rostro; en la expulsión del Edén, el Padre dolido se quito Su ropa, y se la dió con seguridad, porque tuvo cuidado de el continuamente. A través de la LANA tenemos un elemento común con todas las épocas prehistóricas, unidas con su hilo con el huso de la vida y no debemos ignorarlo en el futuro.

Cuando empecé a trabajar y tuve mi propio dinero, la primera cosa que compré fue un jersey de lana 100% -amarillo-, algo estupendo que tengo desde hace 10 años y es mi preferido ; cualquier jersey mas gordo de invierno o mas fino de otoño o primavera en mi guardarropa es de lana.  

Les pregunto ahora con siceridad :

¿Qué puede ser más bonito como prenda que un jersey de Lana, Amarillo, un Chaleco dorado con lana dentro y cuello también de lana, los calcentines de lana larga y cálida, un Chaleco o un Bolero de lana que te hace sentir como un niño, un Chaleco de piel y lana de oveja por dentro, con contorno de lana amarilla suave, que te acaricia con su roce?  Si además han sido hechos manualmente, entonces llevas encima el talento de los hombres corrientes, que han modelado con cariño su arte para ti, un beso de los abuelos que sientes al llevar una prenda de lana.

Queridos, todo esto, desde cuando existe el mundo, fue precioso e incluso sagrado, la ropa como la de Dios, que creo que lleva su olor, y así será para siempre. Necesitaremos prestar mas atención y tenemos que concienciarnos para el futuro y tener ojos para ver que la belleza esta con nosotros, y no tenemos que buscarla en otra parte.

George-Galben-Lana

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